viernes, 12 de febrero de 2010

Disney T.H.S."Princess" - Capitulo 1






Un reciente viaje a las tierras del norte, más precisamente a lo que algunos llaman “La madre patria”, me ha permitido confirmar las sospechas que abrigaba sobre un siniestro secreto de Disney.

Pienso que si uno quiere que algo permanezca inadvertido no hay mejor técnica que masificarlo. La vulgarización traerá aceptación acrítica del conjunto social que abrazará eso dado como una realidad y una verdad no sólo incontestable sino, lo que es más importante, deseable.
Recuerdo que un frío y lluvioso día de invierno me encontraba tirado en la cama paseando abúlicamente por los canales de televisión (¿Para qué corno tenemos tantos si nunca hay nada cuando uno quiere ver la tele?) cuando me detuve en el canal de Disney (por entonces “Disney Chanel”, hoy contamos con “Play House Disney” y “Disney XD” según el rango de edades de los televidentes) y lo que vi me heló la sangre.
Era una sucesión de imágenes de las gráciles y preciosas princesas de Disney con sus finos labios dibujando una sonrisa angelical, sus ojos y sus peinados inamovibles, sus delicadas maneras, sus bailes y cantos y sus bellos príncipes salvadores. Las imágenes estaban compaginadas sobre una melodía instrumental dulce pero animada y aunque duró unos veinte segundos, fueron suficientes para provocarme un sentido malestar estomacal. Percibía que algo no andaba bien, que había un cabo suelto. En la base de la lengua tenía un sabor amargo.

De pronto me encontré pensando: “¿Acaso es esta la imagen que se le brinda al genero femenino sobre la condición femenina? ¿Acaso todas nacieron agraciadas por el pincel de la naturaleza y tienen un destino de princesas? ¡¿Existe alguna chance de que las mujeres vivan en un castillo con un apuesto príncipe que atraviesa los peores peligros y sean felices para siempre sin hacer nada?! Si esa es su aspiración de vida, ¡¡¿¿cómo harán para soportar en el futuro a un ser peludo que eruta y disfruta de descargar sus gases dentro del lecho conyugal, que deja tirada la ropa sucia en cuanto espacio libre encuentra, que se dedica a criar panza frente a la tele y que en el mejor de los casos el mayor peligro que ha enfrentado es una sartén con aceite hirviendo??!!! ¡¡¡¡Para colmo cuando ya ingresan en el nefasto período de la adolescencia la princesa es cambiada por una mujer de cuello estirado, patas largas, cintura de avispas y tetas plásticas cuya única preocupación es “estar a la moda” y ser super popular y divertida!!!!...Puaj…”

No lo dudé y me dedique a investigar y meditar sobre estos íconos. He aquí algunas de mis conclusiones.
En el universo de personajes animados dirigidos hacia la mujer existe un ranking. El top five esta ocupado por las princesas oficiales de Disney: Blanca Nieves, La Bella Durmiente, Bella, Jazmín y, por supuesto, la famosa Cenicienta.

Si uno va a Disney World puede ver muñecos, rompecabezas, vasos, platos, peluches, prendedores, llaveros, biromes, cuadros, alcancías o lo que se imagine de estos personajes con la leyenda “Princess”. ¡Vamos!, el castillo de Magic Kindom es el hogar de Cenicienta donde uno puede sacarse una foto con ella y mientras come en el restaurant del primer piso van entrando el resto de las princesas mencionadas, cual damas de honor, para sacarse una foto y firmar autógrafos (¡?).

En el escalafón las sigue de cerca, pisándoles los talones y hasta con la venia oficial de ocupar el distinguido podio en muchas ocasiones, La Sirenita.

Un rango más abajo se encuentra Campanita que desde hace poco tiempo ha cobrado nuevos bríos con dos películas y el merchandising consiguiente que la han ayudado a escalar algunas posiciones. Inclusive tiene un gift shop en el parque de diversiones nombrado, más grande que el de Blanca Nieves, ubicado justo en frente.
Muy a lo lejos se encuentran Mulán y Pocahontas, quienes no han gozado de los favores de Disney y aunque puede conseguirse el muñeco de la primera y el disfraz de la segunda, hay que buscar bastante y revolver los cajones para dar con ellos. La Asiatica y la Nativa, es palmario que ni pinchan ni cortan, no están en los desfiles, casi no aplican en los shows de cierre de los parques y de casualidad puede encontrarse a la primera en la parte de los países de Epcot. Es cierto que figuran junto con La Sirenita en la página oficial http://disney.go.com/princess/#/home/, pero no crean en nada...son patrañas, técnicas de marketing, una vil mentira que cae con solo constatar la realidad que se palpa en la casa matriz.

Pero ahondemos un poco más. ¿Qué representan estas imágenes? ¿Qué han hecho estas princesas para ganarse el podio?

Comencemos por el plato fuerte. Cenicienta, ícono de la mujer norteamericana (rubia, mas bien esbelta, de finas caderas y con un porte mamario medido pero marcado) tuvo la desdicha de que su madre se haya muerto. Se sostiene que fue criada por su padre quien decide casarse con una viuda espantosa y malvada que tiene dos hijas horripilantes y se muere poco tiempo después por causas desconocidas. El contraste entre el bien y el mal es claro y se verifica en la belleza estética de una y la fealdad de las otras. Recién hubo que esperar hasta que se hicieran dos películas más para ver que la hermana más fea era buena. Eso sí, hasta la tercera seguía siendo una celosa, resentida para con Cenicienta y una incapaz para tomar decisiones propias, siempre sojuzgada por una madre cruel y despiadada.

No es sino hasta que un príncipe, más preocupado por las aventuras que por cumplimentar la obligación de casarse, decide realizar una fiesta en el palacio al que sólo están invitadas las solteras del reino (¿representación de la potestad monárquica de “pernada” ejercida en forma masiva?) y a la ayuda de dos ratones, unos animales mas y una vieja rechoncha, el Hada Madrina, que recita una estrafalaria canción, que logra ir al baile con un vestido brillante, dos zapatos de cristal tamaño ridículo claramente incómodos y una carroza hecha con una calabaza.
Llega con pompa, porque la primera impresión es la que cuenta, y se encuentra con el príncipe, algo parecido a la imagen caricaturesca de superman (hombre de ancho pecho, postura erguida, maxilar marcado y morocha cabellera prolijamente rasurada), quien se enamora a primera vista. Pero claro, como las mujeres deben mostrar interés pero no “regalarse”, cuando dan las doce campanadas se raja como rata por tirante, olvidando un zapato que baya uno a saber por qué no desaparece cuando el hechizo se desvanece. Así deja al heredero al trono tan caliente que, en un acto de estupidez supina, decide emitir un decreto por el cual se casaría con la mujer al que le quepa ese zapato. No da otro dato ya que, como es de suponer, pocos detalles más habría de acordarse ante tamaña afluencia de mujeres esa noche.

Cenicienta sólo se limita a lamentarse y a dar por perdidas sus chances y vuelve a ocuparse de los quehaceres de la casa (tarea, según muestra el dibujo, por demás denigrante). Es decir, no hace un carajo por su supuesto amor y se limita a quedarse en casa a esperar un milagro, segura de ser una desdichada. Finalmente ese zapatito ínfimo le queda, se casan y viven felices para siempre en un fastuoso castillo. La madrastra y sus hermanastras seguirán cagándose de hambre en el campo. ¡Venganza a quienes te maltratan!

Continuara...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

cenicienta es vaga! jaja..no hace nada es verdad, y encima el día de la fiesta la ayudan unos ratones y miles de animales y bichos a armarse un super vestido y peinado, y antes de las 12 volver a la casa por que se termina el "hechizo"... si, "hechizo", se termina EL VIAJE que se mandó sola con un buen faso que se armó ahí y a las 12 tiene que volver para el bajón de hambre que le agarra!!

Unknown dijo...

Viste, a mi siempre me parecio raro esto de las princesas, porque antes no tenian tanto marketing y de golpe te encontras con cuanta pavada se te ocurra con la movida principesca... ni hablar del temita de la clara discriminacion con las princesas de segunda... y la princesa latinoamericana para cuando??!!!!!! jajajajajjaja

RJR dijo...

Flor, que decir..imaginarse a Cenicienta con los ojos vidriosos y las pupilas dilatadas no se me había imaginado..ajajajaj..bizarro.
Amor...la latinoamericana podría ser Pampita?....ufffff heavy!